Esperamos que este espacio de construcción colectiva de experiencias lectoras transformadoras sea de utilidad y disfrute para los lectores.

Pellerano, Verónica - CRONOTOPOS Y LEXIAS EN EL CORAZÓN DE LAS TINEBLAS, DE JOSEPH CONRAD

INTRODUCCIÓN

   Al principio de su artículo “Formas del tiempo y del cronotopo en la novela”, Bajtin define este concepto seminal de la siguiente manera:
   “Llamaremos cronotopo (literalmente, tiempo espacio) a la conexión intrínseca de las relaciones temporales y espaciales que se expresa artísticamente en la novela. [...] Lo que nos importa es el hecho de que expresa la inseparabilidad del tiempo y del espacio (el tiempo como cuarta dimensión del espacio). (Bajtin 1981: 84-85)
   Más adelante, explica que el cronotopo constituye la columna vertebral de cualquier
narración:
   “El cronotopo es el lugar en que los nudos de la narración se atan y se desatan. Puede decirse, sin ambages, que a ellos pertenece el sentido que da forma a la narración. [...] El tiempo se vuelve efectivamente palpable y visible; el cronotopo hace que los eventos narrativos se concreticen, los encarna, hace que la sangre corra por sus venas. Un evento puede ser comunicado, se convierte en información, permite que uno pueda proporcionar datos precisos respecto al lugar y tiempo de su acontecer. Pero el evento no se convierte en una figura. Es precisamente el cronotopo el que proporciona el ámbito esencial para la manifestación, la representabilidad de los eventos. (Bajtin 1981: 250)
   Es decir, la manera en que un cronotopo representa el tiempo y el espacio permite organizar el devenir en una narración literaria y darle sentido.
   Esta fundamentación teórica sostiene el análisis textual realizado sobre la obra de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas.
   El texto se ha interpretado como una fábula moral en la que se contraponen, como antagonistas, la civilización (representada por Marlow) y lo salvaje (representado por Kurtz).
   Sin embargo, la obra es mucho más que una puesta en escena de la dicotomía entre civilización y barbarie. Situar el relato en el marco de las expediciones marítimas y del colonialismo hace que se vislumbren dos universos culturales  que se enfrentarán constantemente a lo largo de la historia: Europa y África.
   Europa sucumbe al mundo primitivo de África: los personajes ya no serán los mismos luego de esta experiencia por ese territorio desconocido.
   En este contexto, la selva se presenta como un cronotopo temático. Este lugar juega su significación desde el título (que más adelante será analizado desde el marco conceptual de las lexias). No solo es un escenario: es África. Un continente que, en el marco de la conquista y colonización europeas, se presenta como un espacio ajeno, distante, tenebroso; que genera curiosidad, pero a la vez inspira temor.
   Allí se juega la transformación de los personajes. La selva tiene vida propia y asusta a los europeos que no consiguen develar su misterio:
“[…] Todo eso era grandioso, expectante, mudo. Me pregunté si la inmovilidad en el rostro de la inmensidad que nos contemplaba significaba una súplica o una amenaza    ¿qué éramos nosotros, extraviados en este lugar? ¿Podíamos manipular esa cosa muda, o sería ella la que nos manipularía a nosotros? Percibí cuán grande era, cuán confusamente grande era esa cosa que no podía hablar… ¿qué había adentro? […]”
   La selva se impone, es capaz de alterar la vida de los hombres, es un ser extraño que atemoriza:
[…] ningún hombre ¿me capta? Ningún hombre puede tener una vida encantada en este lugar […]”
   Los europeos que van al África negra se transforman una vez que llegan allí. Es tan dramático el cambio que, a veces, parecen otros seres, se vuelven irreconocibles:
“[…] Fresleven pensó que lo habían engañado en la compra, así que bajó a tierra y comenzó a martillarle con un palo al jefe de la tribu… Oí decir que Fresleven era la criatura más gentil y más pacífica que había caminado alguna vez sobre dos piernas […]”
   Marlow reconoce que él también ha cambiado en la selva. Sus buenas maneras se han convertido en agresividad:
“[…] Ansié matar a alguien para vengarlo… Recordé al viejo doctor: Sería interesante  para la ciencia observar los cambios psicológicos de los individuos en aquel sitio. Sentí que me estaba volviendo científicamente interesante […]”
   Y también señala la transformación de Kurtz:
“[…] Había algo ausente en él…La selva había logrado poseerlo pronto, y se vengó terriblemente de él por la fantástica invasión […]”
   Conrad intenta explicar cómo la vida en esta selva, en este corazón de tinieblas, puede hacer que el hombre que llega para colonizar se convierta en alguien distinto, en ese lugar no hay límites formales para su actuación. Nada ni nadie lo frena, se convierte él mismo en su propio juez:
“[…] No pueden entenderlo… ¿Cómo podrían, con pavimento sólido bajo sus pies, rodeados por vecinos amables, dando pasos entre el carnicero o el policía? ¿Cómo poder imaginar a qué región de los primeros tiempos pueden conducir los pies de un hombre libre, en el camino de la soledad extrema donde no existe más que el silencio? Esas pequeñas cosas hacen la gran diferencia […]”
   Finalmente, es importante señalar que la connotación es la base teórica sobre la que se funda el método del análisis textual. El instrumento modesto, dice Roland Barthes, que se puede utilizar para abordar la pluralidad del texto.
   Así para observar de la mejor manera posible los sentidos que emanan del texto, es preciso hacer una división empírica y arbitraria: lo que Barthes denomina lexia. Ella representa el instrumento de trabajo, es una unidad de lectura. Unas veces serán unas cuantas palabras, otras veces serán algunas frases.
   En lo que respecta a la obra analizada, el título puede ser considerado como un trozo significativo al que pueden asociársele connotaciones: El corazón de las tinieblas permite inferir que nos encontraremos con una historia que presentará un conflicto relacionado con lo profundo, con lo central (ubicación espacial y emocional del órgano mencionado: corazón). Pero el recorrido no será sencillo, ya que la mención de las tinieblas anticipa un clima de temor, desconcierto y poca claridad.
   El lector, a medida que avanza en la lectura, se introduce en un clima misterio donde se acentúan los contrastes de luz y oscuridad, silencios y alaridos, quietud y movimiento que desconciertan a los protagonistas que no pertenecen a este lugar indomable. No puede dejar de sentir intranquilidad (incluso miedo) por esos cambios bruscos e inesperados que se suceden en esta selva oscura:
“[…] el sentimiento habitual de común y mortal peligro, la posibilidad de un ataque repentino o algo por el estilo […]”
“[…] Me sentía impaciente por tratar con aquella sombra solo, y no compartir con los demás la peculiar negrura de esa experiencia […]”
“[…] La oscura corriente corría rápidamente desde el corazón de la tinieblas, llevándonos hacia abajo […]”
“[…] Gritó en un susurro a alguna imagen, a alguna visión, gritó dos veces: ¡ah, el horror! ¡El horror! […]”
   Se sintetiza así lo que ha representado esta experiencia para los protagonistas: un viaje demasiado tenebroso.




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