Cátedra: Espacio de la Práctica Docente III
Equipo docente: Prof. Virginia Pucheu
Prof. Gustavo Kuryluk
Desde el año 2010 tenemos la enorme responsabilidad de ser quienes orientamos a los alumnos de tercer año del Profesorado en Lengua y Literatura para el Tercer ciclo de la EGB y la Educación Polimodal en su primer acercamiento con continuidad a las aulas de la Escuela Secundaria Básica, espacios donde desarrollan sus prácticas de residencia
Como equipo, tenemos una serie de objetivos concretos, que –pensamos- son los que debemos cumplir para formar docentes responsables, criteriosos, abiertos al cambio y comprometidos con su rol. Los más significativos son: propiciar la construcción del ser docente considerando como pilares la responsabilidad, el criterio, la ecuanimidad y la ética, en todos los espacios en que se vea involucrado; incentivar al ejercicio coherente, responsable y respetuoso de la profesión docente, desde el seguimiento de las propuestas didácticas, hasta el cumplimiento total de los requisitos establecidos, pasando por la adecuada (y necesaria) presentación y comunicación con los alumnos; proporcionar instrumentos teóricos y metodológicos para pensar, repensar, elaborar y reelaborar las implicancias del rol docente y de las situaciones de enseñanza-aprendizaje; asegurar que los alumnos-docentes conozcan la normativa vigente para que ajusten su práctica a esos parámetros; evaluar, coevaluar y acostumbrarlos a que la autoevaluación sea una práctica cotidiana en la experiencia que lleven a cabo, como un eslabón muy importante en la construcción de su rol como (futuro) docente.
Sostenemos que para transitar con éxito los diferentes momentos de la experiencia se hace necesario, por un lado, tener claro el Diseño Curricular vigente en la Provincia de Buenos Aires y, por el otro, conjugar con creatividad los contenidos que se presentan, de manera tal de hacer de las clases de Prácticas del Lenguaje un espacio donde la palabra real y con sentido circule por las aulas. en desmedro de aquellas otras clases que muchas veces nuestros alumnos traen como parte de sus biografías escolares en las que la palabra siempre era vacía y desvinculada.
El desafío actual para nuestros practicantes (y para todos los docentes, en realidad) consiste en pensar situaciones didácticas que permitan la reflexión y la construcción del conocimiento por parte de sus alumnos, conocimiento que los lleve a poder usar la palabra en contexto (la palabra que significa y se resignifica de acuerdo con los diferentes espacios donde se emplea; en definitiva, la palabra en relación con las demás palabras y los usuarios) ya que ésta se constituye ahora en el centro al que se dirigen todas las intervenciones docentes, donde queda claro que el rol activo es el del usuario de la lengua.
En esta construcción, resulta interesante reflexionar acerca de la realidad en la que los docentes en formación deben intervenir. En nuestra sociedad coexisten diferentes culturas y la escuela es uno de los escenarios donde esas culturas entran en contacto, se influyen, entran en choque con otra que se supone superior y que debe ser absorbida, con otra que es la voz oficial, la voz que “debe” ser oída. Pero en el interior, en el desarrollo de las prácticas, otras voces pugnan por alzarse, otras voces intentan ser oídas, dentro de esa convivencia que se pretende armónica, dentro de una escuela que se pretende democrática por la atención a la diversidad, concepto que a veces se hace real en la discriminación y no en la atención personalizada de las diferencias que ese sujeto tiene frente a los otros, considerados como la masa a la cual hay que educar.
Desde nuestra concepción del ser docente, consideramos imprescindible atender a la diversidad; por lo tanto, considerar (y nunca desechar) esas culturas que influyen, están presentes, determinan nuestro desarrollo profesional se constituye como uno de los objetivos primordiales que perseguimos y sobre lo que constantemente reflexionamos en cada encuentro.
Como equipo, propiciamos reuniones periódicas en las que los docentes en formación pueden compartir sus experiencias, sus miedos, sus aciertos y en las que, en el contacto con las otras miradas, puedan ir construyendo y reconstruyendo su rol. Reiteramos, el repensar y reeditar la experiencia a través del diálogo con el otro, su par, y con el otro, su docente, es el modo de superar los obstáculos y avanzar en sus propias prácticas.
Reiteramos un elemento fundamental desde nuestra concepción del ejercicio profesional: una parte fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje es la capacidad del docente de evaluarse en ese proceso. Mirar las prácticas diarias, analizar por qué algo ha fallado o por qué en algo se ha acertado conlleva, por un lado, a no esquematizar las clases y, por el otro, a considerar al otro, ese otro tan importante para nuestra profesión. En relación con esto, Popkiewicz (2002) propone el concepto de mapeo, puesto que, una vez que el docente observa al grupo, capta sus intereses e interacciona puede tomar decisiones.
Formar un docente que no desmerezca al alumno, que confíe en él, que no lo abandone en el profundo mar de las palabras alejadas, sino que lo acompañe, prepare, prevenga, que relacione con la actualidad, con experiencias de vida, con situaciones –incluso- del cine, de la televisión sería la clave para que el ejercicio de la docencia sea fructífero.
En definitiva, en el marco de los cambios en las formas de acceder al conocimiento, de ver la realidad, de relacionarse con el otro, creemos importante que nuestros alumnos adquieran la capacidad de permeabilidad que les permita ser el nexo entusiasmado entre los temas imposibles-de-dejar-de-saber y el alumno poco-afecto-a-enfrentarse-a-temas-tan-difíciles, según sus propias palabras y el imaginario popular.
En este sentido, entre las experiencias que realizaron este año nuestros alumnos, muchas pusieron en juego la escritura ficcional (incentivados por los profesores orientadores, a quienes les estamos profundamente agradecidos por haberse comprometido con la formación de los practicantes). Compartimos la experiencia de algunos y les acercamos imágenes de los caligramas y otros textos ficcionales realizados por los alumnos de los cursos donde las alumnas Viviana Bogado y Noelia Ganin realizaron sus prácticas:
En la época actual, época de profundos cambios en todos los niveles, resulta importante ser abiertos a ellos. Las nuevas tecnologías que ingresan también en las aulas deben ser empleadas para acompañar estos procesos de los que formamos parte. Muchos de nuestros alumnos las han usado como un instrumento más para favorecer la lectura y la escritura. Así, por ejemplo, la practicante Melisa Rodríguez creó un blog con sus alumnos de 3° 10° de la Escuela de Educación Técnica Número 2 de Merlo. Lo compartimos con ustedes. http://alumnos-trabajando.blogspot.com/
Estar atentos al entorno, considerar a cada alumno como centro de nuestras intervenciones, observar críticamente aquello que vamos construyendo, tomar las sugerencias, adaptarnos, modificar o reafirmar rumbos son, en definitiva, los ejes sobre los que gira, desde nuestra concepción, el ejercicio de la docencia. Y es lo que deseamos transmitir continuamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario