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Ameghino, Carla - METRÓPOLIS Y TIEMPOS MODERNOS


Metrópolis y Tiempos Modernos

La siguiente es una comparación entre dos películas que resultaron ser hitos en la historia del Cine. Estamos hablando de Metrópolis (1927), dirigida por  Fritz Lang,  y de Tiempos Modernos (1936), dirigida, escrita y protagonizada por el célebre actor Charles Chaplin.
A continuación, realizaremos una suerte de paralelo entre ambas, analizando una serie de aspectos en los que encontraremos puntos en común y otros rasgos en los que podremos notar grandes diferencias.

Movimiento artístico al que pertenecen
Considerando los años de su creación, ambos filmes corresponden a distintas corrientes artísticas.
En principio podemos decir que la película de Fritz Lang pertenece al denominado Expresionismo Alemán, movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX, que tuvo plasmación en un gran número de campos: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía. Su característica principal era revelar el lado pesimista de la vida, la angustia existencial del individuo que en la sociedad moderna industrializada se veía alienado y aislado. Así, mediante la distorsión de la realidad se pretendía impactar en el espectador, llegando a su lado más emotivo e interior. No obstante, el expresionismo no llegó al cine hasta pasada la Primera Guerra Mundial, cuando ya prácticamente había desaparecido como corriente artística. Asimismo, el cine expresionista alemán impuso en la pantalla un estilo subjetivista que ofrecía en imágenes una deformación expresiva de la realidad traducida en términos dramáticos mediante la distorsión de decorados, maquillajes y la consiguiente recreación de atmósferas terroríficas o, cuando menos, inquietantes. El cine expresionista se caracterizó por su recurrencia al simbolismo de las formas deliberadamente distorsionadas con el apoyo de distintos elementos plásticos.
En 1917 se creó UFA (Universum Film Aktien Gesellschaft) –productora en la que fue rodada Metrópolis-, para promocionar el cine alemán fuera de sus fronteras. El sello UFA se identificó por una serie de innovaciones técnicas, como la iluminación focal, los efectos especiales –como la sobreimpresión–, los movimientos de cámara –como la “cámara desencadenada”–, el diseño de decorados, etc. Era un cine de estudio, con un marcado componente de preproducción, que aseguraba un claro control del director sobre todos los elementos que incurrían en la película. En efecto, su montaje lento y pausado, sus elipsis temporales creaban una sensación de subjetividad, de introspección psicológica y emocional.
Evidentemente, todas estas técnicas se ven ampliamente utilizadas en Metrópolis, desde la escenografía de la gran ciudad, las imágenes superpuestas y los violentos movimientos de cámara, hasta la sensación y representación de caída (escena en la que Freder descubre a la “falsa María” en los brazos de su padre), entre otras características.
Por otro lado, en relación con Tiempos Modernos podríamos añadir que pertenece al denominado Realismo, movimiento en el cual los cineastas buscaban con frecuencia temas y estilos en el “mundo real” los cuales podían hallarse más allá de los estudios. Las condiciones sociales de Europa tras la Primera Guerra Mundial, las revoluciones socialistas en el este europeo y la caída de los valores americanos tradicionales, que empezó con la introducción de la Ley Seca en 1919, y culminó con la caída de Wall Street de 1929, proporcionaron al cine materiales “realistas”. Los argumentos eran inspirados por las noticias de los periódicos y la realidad cotidiana.
La característica más notoria de esta corriente artística que podemos distinguir en el film de Chaplin es la utilización de escenarios naturales y, principalmente, la temática sobre desempleo tratada en el mismo.

Crítica social, lucha de clases en ambas películas
Desde un comienzo, Metrópolis plantea la problemática de la clase obrera. El trabajo como alienación del individuo es una de las tesis básicas del ideario comunista y la lucha de clases. La masa aislada, subordinada, carente de cualquier conciencia grupal, en ese plano siniestro y oscuro que presenta -por ejemplo- el cambio de turno, el descenso al infierno en ascensor. Pocos años después Chaplin recupera el concepto de alienación y lo reaplica en un sentido  cómico, desdramatizándolo, aunque conservando en su totalidad la carga crítica inicial. En Tiempos modernos, la masa aborregada acude al trabajo, donde el simple gesto de apretar tuercas cobra un sentido pleno de caricaturización sistemática.
Sin embargo, en la representación del orden social, Metrópolis se apoya por un lado en el marxismo: hay dos clases sociales claramente diferenciadas y separadas, en las que una explota a la otra sin que haya posibilidad de prosperar –los ricos y poderosos viven en la superficie, mientras que los obreros pobres como esclavos, en una ciudad subterránea colmada de peligros-. La alienación del trabajo podría relacionarse con la existencia de algunas máquinas sin una utilidad reconocible. Pero por otro lado, también se critica el ideal de revolución socialista. El personaje del Robot María –representada visiblemente como malvada- lanza a los trabajadores a la lucha que, en consecuencia, destroza su medio y sustento, empeorando su situación en lugar de mejorarla. Por lo tanto, la “colaboración entre clases sociales”, en lugar de la “lucha de clases”, recuerda no obstante al nacional socialismo y su ideología, pues era la estructura económica corporativista que defendía el programa del Partido Nacional-Socialista de los Trabajadores de Alemania (NSDAP).  

El Panóptico
El Panóptico o Gran Hermano es un personaje de la novela 1984 de George Orwell,  que representa al líder todopoderoso del Partido. En su nombre, los cuerpos de seguridad vigilaban a cada ciudadano en todo momento y lugar (no hay sitio para la intimidad) y manipulaban el pasado con el fin de dominar el presente y el futuro. Esta representación se ha convertido en un tópico que representa al estado policial y totalitario.
El Gran Hermano es principalmente la representación de Stalin, cuya política fue duramente criticada por Orwell no sólo en 1984, sino en otros libros, como Rebelión en la granja. Pero esto, aunque cierto, es incompleto: el Gran Hermano es, en realidad, un icono que representa a cualquier estado totalitario y opresor.
Claramente, otro punto de unión entre Lang y Chaplin aparece justamente en la representación del panóptico: personificación de la represión institucionalizada, de la vigilancia, del poder del “jefe” que todo lo sabe y todo lo ve. En otras palabras, una fuerza dotada de cualidades que podríamos definir como casi divinas.

Símbolos y lenguaje metafórico
En relación con este aspecto, Metrópolis se caracteriza por un fuerte manejo de simbolismo. En principio, podríamos mencionar la analogía entre cerebro-corazón-manos y jefe-mediador-obreros.
Otra cuestión interesante es la cantidad de horas que posee el reloj de los obreros, es decir, en lugar de tener doce horas tiene diez, por lo que el tiempo en las profundidades parece transcurrir más lentamente.
A su vez hay una suerte de paralelo con ciertas creencias de índole cristiana. Sin embargo, la parábola de la Torre de Babel se encuentra modificada: en la variante que se muestra los arquitectos y los trabajadores hablan una misma lengua pero no se entienden. Además, tampoco hay un Dios. Es decir que podríamos afirmar que en definitiva del cristianismo sólo se toma la figura de María, que personifica el Bien, así como  también el anuncio de la venida de un Redentor.
 Asimismo, este film toma de culturas ajenas calificativos para simbolizar otra serie de aspectos. Por ejemplo, el nombre del club nocturno que se menciona en Metrópolis es imitado de una ciudad japonesa llamada de igual manera: Yoshiwara, nombre que significa El Buen Prado de la Suerte. Este era un famoso distrito rojo en Edo en lo que hoy es Tokio, Japón. Yoshiwara fue creado en el año 1617 por orden del Shogunato Tokugawa restringiendo la prostitución a estos distritos designados en la ciudad.
Finalmente, la mención de “Moloc” –divinidad fenicia y cartaginesa, dios del fuego al que se inmolaban víctimas humanas, principalmente niños- es una evidente metáfora de una máquina devoradora de hombres, más precisamente de obreros.
Por el contrario, Tiempos Modernos  presenta escasos rasgos simbólicos. En el principio del filme podemos ver el paralelo entre un rebaño de ovejas y la masa de trabajadores representando de esa forma al “rebaño de obreros" que se dirige a las fábricas y se deja llevar por el resto de la muchedumbre.
En relación con los relojes cabe destacar que poseen una substancial significación. En un primer momento aparece el plano de un reloj grande que ocupa todo el cuadro destacando, quizás, la importancia que tenían los relojes en la época en la que transcurre la historia. El reloj aparece en otras escenas como, por ejemplo, sonando en el horario del almuerzo para que “automáticamente” todos paren su trabajo y coman. También, el control del tiempo resulta tan extremo que incluso para ir al baño los obreros se ven obligados a contabilizar los minutos que permanecen en él.
Por otro lado, es interesante mencionar el doble significado de la bandera roja: en un primer momento esta bandera estaría representando el exceso de longitud de la carga sobre el vehículo al que Chaplin persigue. Pero, rápidamente, pasa a simbolizar el comunismo del momento.
Finalmente,  podemos observar  una escena en la que la máquina se “traga” a Chaplin, resultando ser esta una de las metáforas más representativas de la alienación laboral de esa época.

El rol de la mujer
En ambos filmes la mujer juega un rol  primordial.
En la película de Lang se percibe esencialmente una lucha entre María, imagen de bondad, paz y santidad, y su “clon” que personifica el vicio, la mala conciencia, el consejo desleal. Estos dos personajes tienen el poder de lograr movilizar a los hombres positiva o negativamente.
Asimismo, en Tiempos Modernos la aparición del personaje de “la huérfana” da un nuevo sentido a la vida de Charlot. No obstante, este amor pareciera no llegar a ser un amor de pareja, a lo mejor se trata del principio de un futuro romance, o quizás se trate más bien de una amistad. Pero en definitiva, ambos cuando se encuentran están en la misma situación, no tienen nada que perder así es como escapan de la policía y salen juntos a buscarse la vida como sea sin tener nada planeado.  
Utopía o distopía
Teniendo en cuenta que una distopía es aquella sociedad que se considera indeseable por algún motivo determinado y que este término se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia (frecuentemente emplazada en un futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos, podríamos afirmar que Metrópolis es un ejemplo de este concepto, puesto que representa a una nefasta sociedad perteneciente al siglo XXI.
Por el contrario, el concepto utopía designa la proyección humana de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente, ejerciendo así una crítica sobre este. Para ejemplificar ese término mencionaremos la película Tiempos Modernos en la que en la escena final nos brinda una visión esperanzadora del futuro.

Cine mudo o sonoro
En este sentido podemos afirmar, sin lugar a dudas que Metrópolis es una película muda ya que para la aparición e implementación del sonido en el cine faltaban algunos años.
Aproximadamente, la implantación del cine sonoro coincidió con el crack económico de 1929 que ocasionó una Gran Depresión en los EEUU. Por lo tanto, podríamos decir que Tiempos Modernos resultó ser un filme a caballo entre el cine mudo y sonoro, puesto que se incluyeron algunos efectos sonoros en esta película, como: música, cantantes y voces provenientes de radios y altavoces, así como la sonorización de la actividad de las máquinas, aparece también una serie de sirenas que sirven como llamadas de atención para avisar de una orden a los trabajadores, además aparecen unos silbatos cuyos toques marcan la salida y entrada en la prisión, la hora de comer, etc.

Planos, posicionamiento y movimientos de cámaras
Ambas películas se diferencian en la utilización de planos. En Metrópolis podemos hallar una serie de combinaciones de planos durante toda la película, en efecto, varían de acuerdo con la situación: hay primeros planos a los relojes, a los mapas, a los rostros. Cuando la escena se sitúa en la gran ciudad el plano es panorámico. Además suele utilizarse la cámara en picada y en contrapicada, y también podemos notar los movimientos de la misma persiguiendo a algún personaje (escena en la que Freder se encuentra encerrado en la casa del científico) o acercándose y alejándose de los personajes (escena del derrumbe). Asimismo, podemos observar técnicas de superposición de planos, dando como resultado la mixtura de imágenes. El efecto de vértigo y caos es logrado con la música y la gente caminando rápidamente por la ciudad, en algunas ocasiones; en otras, mediante la inclinación de la cámara, y también con las imágenes superpuestas.
En cambio, Tiempos Modernos, no presenta grandes técnicas y efectos especiales. Esto también puede deberse a los diferentes géneros a los que pertenecen ambos filmes: mientras que Metrópolis es una película de ciencia ficción –por su temática futurista y la inclusión del robot-, Tiempos Modernos es una película que oscila entre el humor, la comedia romántica, el drama, la comedia dramática, resultando muy difícil encasillarla en un género en particular. En relación con los planos, en el filme de Chaplin predomina la posición de la cámara normal. Sólo se ve una única toma panorámica de la fábrica en la escena del comienzo. Aunque, podemos hallar también un primer plano, por ejemplo, de la carta. En relación con los movimientos de la cámara sólo puede verse uno durante la escena en la que el personaje de Charlot es perseguido por la policía: la cámara se mueve de izquierda a derecha –y viceversa- en las esquinas. En cuanto a la representación del caos se utiliza una de las técnicas empleadas en Metrópolis como es la inclinación de cámara que provoca en el espectador la sensación de vértigo.

Para finalizar este modesto análisis, en conclusión estamos en condiciones de afirmar que a pesar de sus muchas diferencias, ambas películas en la actualidad podrían ser interpretadas como una fuerte crítica hacia una sociedad en la que mientras unos pocos son los privilegiados, la mayoría vive inmersa en la pobreza.




Bibliografía
üAumont, J. et al (1996): Estética del Cine. Paidós. Barcelona.
üChaplin, Charles (1936): Tiempos modernos. Productora United Artists. E.E.U.U. Duración: 83 minutos
üFritz Lang (1927): Metrópolis. UFA Producciones. Alemania. Duración: 148 minutos.
ü Génesis 11:15. Antiguo Testamento
üKracauer, Siegfried: De Caligari a Hitler. Historia psicológica del cine alemán. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires.
ü Sobrado, Roberto: Narrativa y Lenguaje Cinematográfico. SEDEBA  Sede Moreno.

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